Radiofusión

Si bien es cierto que no se puede forzar la inspiración, es posible alquilarla por unas cuantas semanas – o al menos así lo dicta la lógica detrás del épico proceso de grabación del nuevo álbum de estudio de Phoenix. Para escribir su nuevo álbum, titulado WOLFGANG AMADEUS PHOENIX y que será lanzando en Mayo tanto en Loyaute, su propio sello, como en V2 / Cooperative Music, el cuarteto galo transitó por diversos lugares fuera de su propio estudio en Versalles en busca del estímulo necesario para transformar el material con el que contaban en un álbum coherente. “Pasamos mucho tiempo esperando la reacción química”, dice el guitarrista Laurent Brancowitz, “ese momento en que una canción no es sólo la suma de todas nuestras partes, sino algo más. Y la idea era ir a algún en el que nunca estuvimos”. En realidad, fueron a varios lugares: Brancowitz y sus compañeros de banda Thomas Mars (voz), Christian Mazzalai (guitarra) y Deck D'Arcy (bajo) trabajaron en el estudio parisino de Théodore Géricault, el pintor romántico del siglo XIX ( “La luz era hermosa”, dice Brancowitz), fletaron una casa flotante sobre el Sena (“No fue la mejor idea, ya que algunos de nosotros nos mareamos”), y se quedaron en el Bowery Hotel en la ciudad de Nueva York durante un mes, entre otros lugares. Como explica el guitarrista con humor, “Fue como nuestro momento Orson Welles”.

Como era de esperarse, todos estos viajes tuvieron sus consecuencias, lo cual culminó con el viaje de regreso de donde vinieron, para permitir que las canciones lograran cohesión, esta vez en la casa de Philippe Zdar en Montmartre. Philippe Zdar, el productor conocido por su labor como la mitad de Cassius y viejo amigo de la banda, prestó su estudio a Phoenix y terminó como productor del álbum, junto con la banda - la primera vez que Phoenix ha reclutado ayuda externa. “El es muy europeo, muy dramático”, dice Mars. “Trabajamos en su estudio durante un año y medio, así que siempre estaba alrededor de las canciones y tenía numerosos comentarios, los cuales ayudaron a darles forma. Con él nunca hubo término medio: o las canciones eran grandes o las habíamos arruinado. Cada día era posible abrir una botella de champaña o irse a casa deprimido”.

Los resultados de WOLFGANG AMADEUS PHOENIX demuestran una especie de enfoque deliberado que, a su vez, ha creado lo que es el mejor álbum de la banda en su de por si impresionante catálogo. Presentando el sonido clásico de la banda con su fusión de materiales sintéticos y orgánicos, de ritmos bailables y guitarras intensas, de melodías sencillas con una considerable dosis de garbo fonético, las diez canciones del álbum están más niveladas que las de sus trabajos anteriores. “En nuestro último disco, estábamos tratando de hacer un disco minimalista y austero, casi ascético”, explica Brancowitz. “Esta vez queríamos crear algo más elaborado”. Eso se hace evidente en lentos jams electrónicos como “Fences”, la mayormente instrumental “Love Like a Sunset” y en el pop espirituoso del sencillo “Lisztomania”, en donde Mars canta el coro trascendental: “Like a riot, like a riot, oh!/ I'm not easily offended/ It's not hard to let it go/ From a mess to the masses.”. Al principio sus letras pueden parecer complicadas, pero Mars definitivamente tenía la intención de hacer referencia al compositor húngaro: “Franz Liszt fue la estrella de rock de su tiempo”, explica. “Otros músicos lo odiaban porque se quedaba con todas las chicas, sus conciertos estaban fuera de control. Esta canción es acerca de tocar en vivo, la belleza romántica de una multitud enloquecida… y de la soledad de ser solo uno en un grupo”.

Aunque es evidente que les gusta estar en el estudio, todos dicen que los conciertos es lo que los ha sostenido en los últimos años. Como dice Brancowitz, “Lo que más me gusta de tocar en vivo es la sensación de que puedes fallar. El resultado siempre es una apuesta. Pero lo que lo hace bueno es que tiene que luchar por ello. Nuestra amistad es lo que nos mantiene juntos. Somos una pandilla, y cuando estamos trabajando juntos, puede ser hermoso”.